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2. Nociones básicas sobre los mercados bursátiles

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«La oferta y demanda de activos es la fuerza que determina los precios según los cuales se compra y se venden estos. Hay bolsas de distintos tipos en muchos lugares del mundo. Al estar comunicadas entre sí permiten la aparición de mercados bursátiles. Esto ocurre tanto a nivel nacional como internacional. El mercado bursátil es la integración de todas aquellas instituciones, empresas o individuos que realizan transacciones de productos financieros. Entre ellos están la bolsa de valores, casas corredoras de bolsa de valores, emisores, inversionis­tas e instituciones reguladoras de las transacciones que se dan en la bolsa de va­lores. De este modo, un mercado bursátil cuenta con todos los elementos que se requiere para que sea llamado mercado» (Ibid).

«El mercado bursátil es considerado un mercado centralizado y regulado. Este mercado permite a las empresas financiar sus proyectos y actividades a través de la venta de diferentes activos o títulos. Igualmente, ofrece a los inver­sionistas posibilidades de inversión a través de la compra de estos. Ofrece gran­des ventajas, como la posibilidad de que exista un mercado secundario en el cual se puedan intercambiar títulos valores o activos que han sido adquiridos por un inversionista. Estos deben ser previamente emitidos por alguna empresa o go­bierno. El desempeño, evolución y tendencia del mercado bursátil se miden a través de índices que reflejan los movimientos que, por efectos de oferta y de­manda o por factores externos, tienen los precios de los distintos activos o títulos que son intercambiados en las bolsas» (Ibid).

«La institución Bolsa de Valores, de manera complementaria en la eco­nomía de los países, intenta satisfacer tres grandes intereses:

–          El de la empresa, porque al colocar sus acciones en el mercado y ser adquiridas por el público, obtiene de este el financiamiento necesario para cum­plir sus fines y generar riqueza.

–          El de los ahorradores, porque estos se convierten en inversores y pue­den obtener beneficios gracias a los dividendos que les reportan sus accio­nes.                     .

–          El del Estado, porque ─también en la Bolsa─ el Estado dispone de un medio para financiarse y hacer frente al gasto público, así como adelantar nuevas obras y programas de alcance social» (Ibid).

«¿Qué hace fluctuar el precio de un índice bursátil? Puesto que los índices bursátiles pueden estar compuestos por cualquier tipo de títulos, los factores que afectan a sus precios son muy variados. Los grandes índices bursátiles naciona­les como el S&P 500 estadounidense se ven muy influidos por factores macroe­conómicos de la economía de dicho país, así como por factores microeconómi­cos relativos a las empresas que lo componen. Por tanto, como operadores, te­nemos que tener muy presentes los resultados y la rentabilidad de las principales empresas que componen los índices, así como el clima económico del país en cuestión. Algunos indicadores económicos clave que influyen en los índices in­cluyen, entre otros:

–          Inflación.
–          Tipos de interés.
–          Niveles de empleo.
–          Precio de la energía y los metales preciosos.
–          Tipos de cambio.
–          Políticas y decisiones políticas.
–          Política monetaria y fiscal» (Ibid).

«Los números índices son herramientas estadísticas que permiten medir el cambio relativo que experimenta una variable durante un determinado período; es decir, la variación en precio, cantidad o valor entre algún punto anterior en el tiempo (período base) y un período dado (usualmente el actual). Los índices bursátiles son números índices que reflejan la evolución en el tiempo de los pre­cios de los títulos cotizados en un mercado. La muestra de activos que compo­nen el índice obedece a ciertos criterios de elección que en general tienen que ver con el volumen negociado y la capitalización bursátil. Dado que existen dis­tintos tipos de títulos cotizados (acciones, derivados) se pueden calcular dife­rentes tipos de índices, aunque los más conocidos son los que se refieren a las acciones. Los índices pueden suponer agrupaciones parciales de valores (secto­riales) o globales (generales). Técnicamente son números índices temporales complejos y en la mayoría de los casos ponderados. La finalidad de los índices bursátiles es reflejar la evolución en el tiempo de los precios de los títulos admi­tidos a cotización en bolsa. En resumen, podemos decir, que tratan de reflejar el comportamiento de todos los valores que cotizan en la bolsa tomados en con­junto como si fuera una sola unidad. La importancia de los índices bursátiles radica en la facilidad del manejo de la información. Los involucrados en los mercados de bolsa no tienen por qué recordar grandes listados de precios ni tampoco cantidades exageradas de información, con un solo número se resume la labor de un día de trabajo; esto ofrece un menor esfuerzo en el entendimiento. De igual manera los índices son meramente aplicativos y no teóricos, pues su base está en el comportamiento real de la bolsa lo que ofrece un panorama mu­cho más seguro en las decisiones» (Monografías, 2006).

Los índices bursátiles representan la evolución de un mercado en concreto y proporcionan a los inversionistas y asesores de estos una herramienta de fácil entendimiento e imparcial para la toma de decisiones. Permiten llevar un regis­tro efectivo del movimiento de las transacciones realizadas, además de poder analizar mediante una comparación de historiales entre diferentes periodos. Por medio de estas herramientas podemos relacionar diferentes instrumentos de in­versión en un solo parámetro de medición. Proporcionan además una imagen panorámica de todo el movimiento bursátil sin tener que analizar las operaciones por detallado. Tratan de resumir el comportamiento general de los precios en una cifra, para que sea de fácil lectura, análisis y comprensión.

Aunque en general todos los índices llevan los mismos objetivos e igual definición, su elaboración tiende a cambiar, esto es debido a que su cálculo puede ser de tipo aritmético, donde se utiliza la suma y resta simple para su cálculo, asignando una puntuación estándar a los instrumentos o empresas que son toma­das en cuenta para el cálculo del mismo, y luego realizando una sumatoria o resta simple a fin de encontrar las posibles variaciones; de tipo geométrico, donde las operaciones utilizadas son la división y multiplicación porcentual de los puntos asignados a los instrumentos y empresas seleccionadas; finalmente puede realizarse un combinado de ambos parámetros de medición, realizando operaciones alternadas entre la aritmética y la geometría. La veracidad y objeti­vidad de cada uno dependerá de muchos factores entre los que se pueden men­cionar:

• Tamaño y tipo de mercado.
• Tamaño y tipo de instrumentos o empresas participantes.
• Objetivos específicos de uso del índice.
• Número de instrumentos o empresas utilizadas para el análisis.

El mercado financiero ha sido y sigue siendo objeto de estudio para nume­rosos investigadores y profesionales de las finanzas. Un amplio número de éstos, con la intención de comprender su funcionamiento, investigan las posibles rela­ciones de causa-efecto de cada mercado, con el fin de revelar ciertas pautas de regularidad o patrones que, fundamentalmente les permitan corroborar sus hipótesis y poder llegar a hacer más acertadas sus predicciones. Antes de proce­der con nuestros análisis aritméticos en los que nos valdremos de las series tem­porales que se desglosan en algunos de los índices bursátiles que pondremos como ejemplo, junto con otros datos históricos a medio largo plazo, es impor­tante que tengamos en cuenta que dentro de esta literatura econométrica se con­sideran la investigación de tres hipótesis principales. El trabajo de Eugene Fama, con el que pudo ganar el premio Nobel de Economía en el 2013, versa sobre la teoría del paseo aleatorio de los mercados financieros, es decir, la Teoría del Mercado Eficiente. Según su estudio, los movimientos futuros de los mercados bursátiles, no se pueden predecir y no guarda relación con lo que haya sucedido en el pasado. Por tanto, todo es fruto del factor aleatorio. Sus teorías han perdu­rado durante décadas como un pilar de las finanzas clásicas o racionales; sin embargo, existen ciertas evidencias que no logran explicar el comportamiento real de la Bolsa. En contraposición de la Hipótesis de Mercado Eficiente, tam­bién se encuentra el estudio de Robert Shiller, que fue otro galardonado al premio Nobel de Eco­nomía el mismo año. En este caso el fundamento de su trabajo se basa en que los mercados se mueven por impulsos emocionales e intuitivos de los participantes en los mismos, los inversores. Por tanto, es la psicología humana, la psicología de los inversores lo que realmente mueve en una dirección u otra a los merca­dos, pudiéndose prever la dirección de estos, puesto que los precios están influenciados por la euforia o el miedo de los inversores. La otra teoría que trata de explicar el funcionamiento de los mercados es aquella que está en sintonía con las personas que simpatizan más con la teoría del caos. Al respecto podemos decir que, en 1964, se realizaron numerosos análisis espectrales para localizar ciclos periódicos en las series temporales de datos del mercado bursátil, pero no se encontraron. Aunque recientemente, parece ser que han encontrado evidencias de ciclos no-periódicos generados por sistemas dinámicos no-linea­les, es decir, con un supuesto comportamiento caótico.

Teniendo en cuenta la importancia de los índices bursátiles dentro de la economía nacional e internacional y después de haber considerado todas estas características esenciales sobre la bolsa de valores, podemos pasar a continua­ción analizar el parámetro clave que en el capítulo anterior hemos definido como kernel, para los diferentes ejemplos que hacen referencia a los índices bursátiles.