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5.  Fases del átomo primitivo

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Finalmente nos centraremos en las tres fases de la evolución del universo que el sacerdote y científico belga estudió, partiendo de aquello que él denominó átomo primitivo. Después de haber examinado la importancia del factor común, que coincide con el número esférico o circular y a su vez con sus múltiplos correspondientes en cada una de las matrices, será precisamente esta referencia la que nos permitirá explicar y relacionar su naturaleza o esencia con estas fases que llegó a postular. Antes de introducirnos a esta última parte de nuestra teoría, debemos de recordar que, para cada una de las tablas de multiplicar, pudimos extraer respectivamente tanto su valor descompuesto como invertido. Recordamos nuevamente cuales fueron estas correspondencias, para después construir con estos valores varias matrices nucleares, siendo estas correspondencias los valores que representan las características fundamentales de cada una de estas tablas de multiplicar.

Tabla 16. Correspondencias de las tablas de multiplicar
 con respecto a sus valores descompuestos e invertidos.

Tabla 17. Matriz nuclear de valores descompuestos.

Tabla 18. Matriz nuclear de valores invertidos.

(V) = 12 + 21 =   33
(H) = 15 + 18 =   33 (12 + 21)

(D1) = 15 + 27 = 42
(D2) = 18+24 =   42 (21 + 21)

(V) + (D1) = 33 + 42 =  75
(H) + (D2) = 33 + 42 =  75

(V) + (H) + (D1) + (D2) = 150

(V) =  102 + 111 =   213
(H) =  105 + 108 =   213 (57 + 156)

(D1) = 150  + 162 =  312
(D2) = 153 + 159  =  312  

(V) + (D1) = 213 + 312 =  525
(H) + (D2) = 213 + 312 =  525

(V) + (H) + (D1) + (D2) = 1050

La matriz nuclear de valores descompuestos nos ha servido en el punto anterior como factor común principal, concretamente en el modelo de expansión del universo (Representación 3), demostrando que este efecto ciertamente se produjo en revolución. El hecho de volver a reflejar ahora esta matriz junto con la otra matriz nuclear de valores invertidos (Tabla 18), se debe a que podemos apreciar también en ésta el movimiento en revolución de una forma más comprensible. Si en la primera matriz nuclear pudimos llegar a deducir que existía un principio de revolución en atención a sus factores comunes, que como sabemos son dos valores que se caracterizan por tener una propiedad conmutativa o inversa (12 – 21), en el caso de la matriz nuclear de valores invertidos, esta característica la podemos apreciar concretamente en los resultados de sus cuatro sumatorios correspondientes. Comprobamos que tanto en las referencias «V» como «H», el resultado que obtenemos de este sumatorio en cruz es «213». Por otro lado, en las siguientes referencias, tanto «D1» como «D2», el resultado que obtenemos del sumatorio en cruz es el mismo valor, pero invertido «312». Esto significa que tanto en el ciclo en movimiento levógiro o dextrógiro de esta matriz nuclear de valores invertidos, dichos resultados también dan lugar a la inversión entre sus propios valores. Esto sucede de la misma manera que pudimos demostrar en los cálculos efectuados de la «Representación 3», cuando cotejamos sus diferentes resultados con respecto a la matriz nuclear de valores descompuestos (Tabla 14.1).                                                                                                   .             .
            Antes de presentar estas matrices que nosotros identificamos con las tres fases del átomo primitivo, debemos de decir que «Lemaître consideraba que la propia existencia de nebulosas significa que el universo ha vivido procesos de contracción previamente. Así dos fuerzas cósmicas opuestas están en la raíz del movimiento del mundo: la gravitación, que la atrae y la constante de cosmología, que repele. Según este sacerdote científico, la evolución del universo se habría desarrollado como ya hemos referido en tres fases (Lemaître,2017, p.16).