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Los cristianos de una forma especial deberíamos de considerar la posibilidad de experimentar con autenticidad la locura por amor a Cristo, para que la jerarquía de Iglesia pueda reconsiderar su postura de cara a las autoridades seculares que actualmente tienen acaparados los servicios de salud mental en el sistema público y privado, con el fin de poder hacer frente desde la raíz al los problemas sociales que más nos preocupan en la actualidad. Algunos de estos problemas se resumen en la posibilidad de atenuar los efectos del pansexualismo, la apostasía generalizada, las rupturas matrimoniales, los abortos practicados en masa, la destrucción de las familias, la corrupción de menores, el desmesurado incremento del índice de violencia, etc. Teniendo en cuenta la prioridad de estos problemas que preocupan de forma general a toda la sociedad, surgió la idea de comunicarme con Asociación Madrileña de Salud Mental (AMSM), dependiente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría el día 20 de agosto de 2024, con el fin de poder solicitar su apoyo. Quizá los profesionales de la salud mental sean las personas que menos puedan estar de acuerdo con la crítica que hago en mi testimonio, aunque en este caso les ruego que puedan abrir su mente para que puedan acoger lo bueno de este mensaje (1 Tes. 5,21).
Buenas tardes.
En primer lugar, me complace saludarles de nuevo, queriendo felicitarles por su incansable labor desde vuestra perspectiva independiente que hace frente a las posiciones hegemónicas de nuestra actualidad. Les comunico que he podido invertir mi tiempo en leer parte del material gratuito que comparten en los medios digitales que mantienen e incluso también algunos libros de divulgación científica de la librería de la AEN.
Por lo que entiendo en esta respuesta que me dan, parece que solo aceptan testimonios que permitan conocer cómo funcionan los Servicios de Salud Mental en vuestra comunidad. En la actualidad vivo en un pequeño pero conocido pueblo de Huelva, aunque el testimonio que comparto en mi espacio digital que aún está en construcción está centrado exclusivamente en mi experiencia con los Servicios de Salud Mental en Alcalá de Henares (Madrid), pues de partida pienso que podría ser útil mi humilde aportación.
Me presento brevemente: soy una persona que no tiene ningún complejo en reconocer su locura, aunque después de un largo recorrido desde el otro lado de los despachos de Salud Mental en la Seguridad Social, me visto en el deber y la necesidad de cuestionar aquello que entiendo que es una estructura formada por una élite médica retroalimentada por el mercado de la industria farmacéutica y que ha terminado por definir este aspecto humano desde sus propios intereses como una “enfermedad mental”.
Antes de poder plantearles el motivo por el que me pongo en contacto con Uds. quisiera comentar algunos puntos que podrían ser de vuestro interés.
1. Los determinantes sociales de la salud mental que otros movimientos críticos consideran que son la causa de las causas han sido resumidos en que la efectividad de la medicina científica choca con el techo de cristal que imponen los determinantes sociales de la salud. Mientras no se reconozca la existencia de este techo de cristal, toda la sociedad, no solo los profesionales, seguirá medicalizando la pobreza y la ignorancia, el paro y la precariedad laboral, la obesidad, los efectos de la contaminación, un sistema alimentario insano, el cambio climático, la violencia física, etc., Sin embargo, considero bajo mi propio criterio que la mayoría de los profesionales, usuarios y demás personas interesadas en esta materia ignoran el aspecto que en este caso fija la determinada determinación, que es la madurez de las personas. Hoy en día, lamentablemente, se ha creado una gran predisposición a que podamos ser etiquetados definitivamente con una enfermedad mental por esta causa.
2. Se sabe que los conceptos de salud y enfermedad tienen un componente subjetivo muy importante y, por eso, han de ser integrados con las diferentes visiones, creencias y valores de las personas, e interpretados considerando los distintos contextos socioeconómicos y ambientales en los que viven. Esta es la parte que me compete como creyente, pues aquí tienen a un servidor que humildemente se ve capaz de ofrecerse a servir como un miembro más de la Iglesia Católica, con el fin de poder generar nuevas ideas. Tengo que reconocer que tienen un despliegue cultural muy potente, pero si no nos dejan implicarnos a los fieles cristianos en la tarea de mejorar el campo de la salud mental, la crítica técnica que es la que utilizan Uds. será siempre precaria para poder establecer soluciones reales y efectivas. De antemano tengo que reconocer que la jerarquía de la Iglesia católica se ha equivocado en muchas ocasiones en su historia, pues errar es algo humano, aunque ignorar o desechar su depósito doctrinal y cultural sería como quitar del papel de un libro las palabras que se han escrito a lo largo de estos últimos veinte siglos de su historia. Una de las equivocaciones que ahora nos incumbe comentar es su complicidad con esta élite médica corrompida por la industria farmacéutica. Si en verdad deseamos que se produzca la deseada renovación sociopolítica que de alguna manera Uds. estoy seguro que también consideran necesaria, primero deberíamos de empezar por la renovación sociocultural o, dicho de otro modo, la renovación de cada una de las personas.
Es en este momento cuando quisiera ofrecerles mis servicios también sin ánimo de lucro, pues quisiera compartir con Uds. mi testimonio de conversión que se caracteriza esencialmente por esta cualidad que en este caso especialmente les define, que es la transparencia. Recientemente he publicado un trabajo científico y espiritual en el Continente Digital, que demuestra de una forma experimental que la Santa Cruz es también un modelo matemático universal. Esto puede parecer una ironía si nos planteamos que las “enfermedades mentales” aún no tienen una base científica que demuestren que existen objetivamente como tal. En este trabajo que ya en parte se encuentra en línea y se puede descargar gratuitamente el resto del contenido a quien le pueda interesar, tiene disponible también este testimonio transparente, que para que me entiendan Uds. lo que hago es algo poco común primeramente empezando con una autocrítica, continuo con una crítica constructiva vehemente al colectivo de psicólogos y especialmente a los psiquiatras de nuestra actualidad; sigo en este mismo tono denunciando las deficiencias que tiene el clero en este sentido y finalmente se procede haciendo lo mismo con los fieles laicos de los cuales yo también me incluyo sin rastro de estigmas ni complejos, porque la locura entre otras muchas razones que podrán conocer en mi testimonio es necesaria para poder hacer frente a nuestro sufrimiento. De esta manera trato de abordar una reflexión extendida a modo de guía práctica para que todos los creyentes y hombres de buena voluntad podamos asumir la responsabilidad que nos corresponde dentro del ámbito de la salud mental, con el fin de poder construir todos juntos un mundo mejor.
Si tienen la bondad de conocer primeramente mi testimonio por escrito e incluso si lo desean más adelante también por medio de otras plataformas audiovisuales, comprobarán que no soy una persona que trate de destacar como un maestro, pues ni lo soy ni lo pretendo. Aunque sí creo humildemente que este testimonio puede hacer un gran bien a muchas personas que interactúan con Uds. siempre y cuando exista también una humilde predisposición por vuestra parte a poder aceptar cualquier tipo de crítica, por muy loca o disparatada que pueda parecer.
Les ruego vuestra ayuda y colaboración.
De antemano les doy las gracias de todo corazón.
Dios les siga bendiciendo.
Se despide atentamente:
Jesús del Pino Marín.