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Queridos amigos en y de CristoDiosLogos increado, a raíz de la traducción que hice de los dos tomos del libro “treloYannis, loco-Juan, el loco por Cristo” he creído conveniente traducir algo sobre este don del Espíritu Santo que es la locura por Cristo.
Desde que era niño, siempre me han fascinado los «locos por Cristo». Recuerdo que, en la escuela primaria, leí la historia de «San Andrés, el loco por Cristo», a mi abuelo Cristos, quien, a pesar de no saber leer ni escribir, era un santo. Desde entonces, cada vez que encontraba un libro sobre estos personajes, no podía resistir la tentación de leerlo.
Durante años, he estado pensando y lamentándome de que no haya traducido nada relacionado con aquellos que siempre me han apasionado desde mi infancia, es decir, “los locos y locas por Cristo. Este verano, mientras estaba de vacaciones en Atenas, ocurrió un milagro. Conocí al hermano Dionisio Makrís, teólogo y periodista, quien me obsequió los tomos de «el loco por Cristo», treloYannis de los barrios de Atenas, una obra fascinante. Inmediatamente después de recibirlos, le pedí su bendición para llevar a cabo la traducción.
La respuesta afirmativa de él llenó mi corazón de una alegría divina contagiosa. Oro, ruego y anhelo profundamente que Cristo Dios nos contagie a todos con un poco o mucho de esta divina locura de su energía increada conocida como Χάρις Jaris (Gracia)
Los locos por Cristo, el Don de la locura divina
En la multitud de los santos, es decir, aquellos que amaron a Cristo ‘de todo corazón’ y expresaron su amor a través de la negación de sí mismos y el levantamiento de sus cruces, también existen los llamados ‘Διά Χριστόν σαλοί Locos por Cristo’. Por lo general, son monjes, sacerdotes y fieles que se presentan al mundo como locos, en oposición a la lógica común, diciendo y haciendo cosas que los hacían parecer insensatos y amorales. Sin embargo, detrás de tal comportamiento se oculta la impasibilidad-sin pazos, la fe, los dones y la santidad de ellos.
Este método de ascetismo era y es una llamada de Dios y no una elección personal. Es un don especial otorgado a algunos para un propósito específico en una comunidad específica. Por lo general, esta comunidad estaba y ahora está secularizada o mundanizada en términos cristianos, había y ha perdido el verdadero significado de la vida eclesiástica y vivía y vive en lo superficial, lo mundano y lo vano.
Dado que la “Διά Χριστόν σαλοτητα locura por Cristo” es un don del Espíritu Santo, se entiende a través de Su iluminación. La “locura por Cristo” y la locura exterior no son diferentes, por lo que la distinción entre ellas se hace solo para aquellos que pueden discernir, a través de las palabras y acciones del loco por Cristo, la presencia de la Χάρις Jaris Gracia (energía increada) de Dios.
Aunque “el mundo yace en lo astuto mal y maligno”, dominado por “el príncipe de las tinieblas de este siglo”, Dios, como amor y Padre, no abandonó a Sus hijos desamparados e indefensos. La presencia de los santos es la presencia de Dios entre nosotros.
Los “locos por Cristo Διά Χριστόν σαλοί”, en realidad, burlan al diablo y la conducta mundana. Al entrar en la irracionalidad del diablo y del mundo y vivir como locos-paradójicos, es como si entraran en su propio territorio o espacio. Por lo tanto, con la χάρις jaris gracia increada de Dios que tienen como santos, se burlan de él y lo disuelven ‘en su propia casa’.
Viviendo en un mundo cristiano secularizado que ha perdido su identidad, que ha negado sus raíces y que fomenta la superficialidad y la apariencia, el caso de los ‘Διά Χριστόν σαλοί’ apunta a otro tipo de lógica, a la lógica increada de Dios. Muestra de manera elocuente y enfática la santidad como un sacrificio por Cristo y Sus hermanos que se pierden en la confusión, la codicia y la egolatría. Destaca la dinámica del rechazo de los hombres y sus desprecios, en no tener las comodidades, la reputación y la ética falsa y superficial.
Por supuesto, no todos están destinados a este estilo de vida, ni Dios lo exige de todos. Sin embargo, teniendo en cuenta este difícil camino hacia la santidad, podemos superar un poco las “tareas típicas religiosas” y vivir la esencia de la vida cristiana que radica en la humildad que no se sostiene en la opinión del mundo, en el amor que no son las ‘buenas acciones’, sino en el entregarse de corazón, en el sacrificio de uno mismo como expresión de amor a Cristo.
Así obtendremos la lógica increada de Dios, el nus-espíritu de Cristo, y, por lo tanto, Su paz y alegría.
Los locos por Cristo: los santos “marginados”
Διά Χριστόν σαλοί: οι «περιθωριακοί» άγιοι
El caso paradójico de los «διά Χριστόν σαλοί (jristón salí) locos por Cristo”, los santos “marginados” es decir, los ascetas que vivieron en los márgenes de la sociedad, haciéndose ver que son locos, soportando la burla, el racismo (incluso de algunos ‘cristianos ejemplares o convencionales’), la exclusión social y la violencia, son ahora muy conocidos por el público en general.
La palabra ‘σαλός salós loco’ pertenece al período bizantino de la lengua griega y significa ‘loco’ (chalado como decimos hoy en día).
Los “locos por Cristo” son ascetas que hacen ver que están locos por amor a Cristo, por eso se llaman “διά Χριστόν σαλοί locos por Cristo” Esta es la forma y el método de su vida ascética. Es decir, como un monje se retira a un monasterio, obedeciendo a su yérontas (anciano sabio iluminado) y siguiendo la regla del monasterio, otros practican la ascética en el desierto, en los bosques, en una cueva, en una cabaña, etc., otros “locos” practican la ascética en la sociedad y su camino ascético es representar y hacer de locos. La sociedad en la que viven puede ser una ciudad o un pueblo, pero también puede ser un monasterio (un “loco” monje entre monjes ‘ejemplares’) o incluso una prisión (como en el caso del obispo ruso mártir Varnava Beliagef, fallecido en 1963, en el que vemos la sorprendente combinación de locura, cargo episcopal y una serie de encarcelamientos y deportaciones por parte del régimen comunista ateo), y cualquier otro lugar de reunión de personas.
Es importante señalar que las raíces de la “la locura por Cristo” ya existen en la Sagrada Escritura, en la vida y el comportamiento de varios profetas del Antiguo Testamento, como el profeta Oseas (e incluso San Juan el Bautista).»
Las raíces de esto se encuentran incluso en las palabras del Señor, “Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo por mi causa. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5, 11-12), y en declaraciones del apóstol Pablo, como cuando los apóstoles son llamados ‘μωροί morí διά Χριστόν’ (locos por Cristo) y su predicación es considerada ‘μωρία’ (locura) por los idólatras, adoradores de ídolos – ver 1 Corintios capítulo 1, versículo 23, y capítulo 4, versículo 10.» Además, incluso al propio Jesús Cristo y al apóstol Pablo los calificaron de locos o poseídos por demonios (véase el Evangelio según Juan, capítulos 7 y 8, y los Hechos de los Apóstoles, capítulo 26, versículo 24).
¿Cuáles son los resultados de este método ascético?
En primer lugar, el «διά Χριστόν σαλός» (el loco por Cristo) se ejercita en la humildad, al soportar, como mencionamos anteriormente, el trato racista de la sociedad. Ha sacrificado su vida (según los estándares y criterios humanos, es decir, ha renunciado a la oportunidad de progresar profesional y socialmente), ha manchado y ennegrecido su imagen social y, de hecho, ve ante él a las personas que lo compadecen o lo desprecian (mientras que, por lo general, un monje que se aleja del mundo no se encuentra con esta situación). De esta manera, el objetivo es eliminar cualquier rastro de egoísmo en su interior, volviéndose tan humilde como el polvo de la tierra.
Además, él sufre junto a los marginados, despreciados, personas sin hogar, mendigos, verdaderamente locos y, en general, con los grupos marginales de la sociedad, entre los cuales él vive.
El Santo Andrés, el «διά Χριστόν σαλός, loco por Cristo» cuando le daban limosna, se mezclaba entre los mendigos y las personas sin hogar y hacía como si contara su dinero, sin comprender su valor. En cierto momento, alguien extendía la mano para tomarle una moneda, y en ese momento, el Santo fingía pelear con esa persona y luego se levantaba y se iba corriendo, dejando todo el dinero a disposición de los pobres.
Además de todo esto, si el «σαλός loco» alcanza un cierto grado de santidad, enseña a las personas a través de su comportamiento y sus palabras. Demuestra que la conducta aparentemente apropiada a menudo es superficial y hipócrita, y que la supuesta lógica cuadrada a menudo nos lleva a la arrogancia y la dureza. Además, muchas veces, al decir locuras aparentes, revela verdades sobre las personas o les da consejos que pueden cambiar sus vidas.
Así es, el Santo Basilio de Moscú escupía las paredes de las Iglesias para que los demonios se fueran y besaba las paredes de los prostíbulos para honrar a los ángeles afligidos que permanecían afuera de ellos. El Santo Nicolás de Pskov (llamado «Nikólska» = Nicolakis) en Rusia, públicamente ofreció un plato de carne cruda al demente zar Iván el Terrible para mostrarle que con su comportamiento era como si estuviera desgarrando la carne de sus súbditos!…
¡Por lo general, Dios guía a alguien para descubrir «casualmente» que alguien, a quien toda la ciudad desprecia y se burla, que vive de limosnas, duerme en medio de la calle, sube al púlpito de la Iglesia y arroja nueces rotas a los fieles, o come carne públicamente durante la Cuaresma, o camina desnudo, o entra y sale de las casas de tolerancia, prostíbulos (como lo hizo, por ejemplo, el Santo Simeón el «loco por Cristo, en realidad es un santo milagroso muy cercano a los ángeles de Dios!
Es cierto que, en los últimos siglos, ha habido «σαλοί salí locos» que muchos devotos cristianos han percibido y reconocido la santidad de ellos, y, por lo tanto, han atraído a varios discípulos a su alrededor. Aun así, se forma un círculo de amigos de confianza que conocen «el secreto del σαλός salós loco» (que no está loco, sino que es santo), mientras que fuera de ese círculo, las personas «convencionales» continúan despreciándolo y evitándolo.
Santos “locos”
Desde tiempos antiguos, la Iglesia de Grecia honra a siete santos locos: a Santo Andrés, de origen escita, quien presenció la famosa visión del Santo Manto Protección de la Zeotokos (Madre de Dios) en el templo de la Panaghía de Vlahjerna, una verdad conocida solo por el sacerdote Nicéforo de Santa Sofía en Constantinopla, su padre espiritual (ver Pan. Martin, «El santo loco Andrés y la locura en la Iglesia Ortodoxa», ed. Tinos, y «San Andrés, el santo loco por Cristo», ed. Santa Monasterio de la Intercesión, Oropos, Ática 1998).
También, a Santo Simeón el Estilita el loco por Cristo quien, después de vivir 29 años como ermitaño en el desierto con su amigo hermano Juan, partió hacia la ciudad diciendo: “Voy a burlarme del mundo”, cuya biografía fue escrita por Leontios de Neápolis (ver «San Simeón el Estilita por Cristo», ediciones «El Jardín de la Virgen»); más el Santo Teodoro el loco, el Santo Pablo el loco, el Santo Sabas el de Vatopedi de Athosl, el Santo Teódulo el Cipriota; además la Santa Isidora, quien vivió despreciada por envidiosas monjas en el monasterio de Tabennisi, en el Alto Egipto; allí fue descubierta posteriormente, por apocálipsis revelación, por el gran santo asceta Pitirum. Sin embargo, cuando se hizo conocida su santidad, desapareció y nadie supo nada más de ella (ver Palladio Lavsacum (siglos IV-V d.C.)).
Todos los mencionados llevan junto a sus nombres el título «locos por Cristo» o «locas por Cristo», lo que los distingue de otros santos con el mismo nombre (por ejemplo, San Andrés el loco por Cristo, en contraposición al apóstol Andrés, San Simeón el loco por Cristo en lugar de San Simeón el Nuevo Teólogo, etc.).
La Iglesia Rusa honra a más hombres y mujeres, llamados como “Yurodivyi”, entre los cuales se encuentran algunos de los santos más importantes de Rusia, como San Basilio de Moscú (al que está dedicada la catedral de Moscú), Santa Xenia de San Petersburgo (†1806), quien solía vestirse con el uniforme militar de su difunto esposo y fingía haber adoptado su identidad, Santa Pelagia Ivanovna († 1884), Santa Paraskeva (Pasha) de Diveyevo († 1915), entre otros.
Desde el siglo XIV hasta el XX, miles de hombres y mujeres desnudos o semidesnudos, descalzos, vestidos de harapos, sin hogar, ‘locos’, vagabundos, han recorrido las calles de las ciudades o los bosques de este vasto país, asombrando a algunos, aconsejando a otros y controlando a otros, llevando a muchos a una compresión de la vanidad de este mundo y, por extensión, viviendo el resto de sus vidas cerca de la Iglesia» (Icarus Petridis, «Burlones – Nosotros, locos por Cristo», ediciones Morfi – Publicación, Atenas 2008, pág. 14).
Otros santos rusos ‘Yurodivi’ incluyen a San Procopio, que vivió a principios del siglo XIV. Era un rico comerciante que, después de dar toda su fortuna a los pobres, se convirtió en un mendigo y dormía con perros en las escaleras de las Iglesias. Oraba constantemente por la ciudad y sus habitantes, quienes lo consideraban un profeta. Fue reconocido como santo por el Sínodo de Moscú en 1547.
Dos ‘Yurodivi’ famosos que vivieron en la región de Nóvgorod fueron Nicolás y Teodoro († 1392). Vivían a orillas del río Volga y a menudo iban al puente del río para pelear, golpearse y caer al agua, burlándose así de los ciudadanos de la ciudad que hacían lo mismo debido a divisiones políticas o conflictos locales.
Otro ‘Yurodivi’ de Nóvgorod fue Miguel Klopski († 1453 o 54). Se convirtió en monje en el monasterio de la Santa Trinidad y llevó una vida ascética dura, rigurosa en silencio. No dudó en permitir que 30 gamberros armados entraran al monasterio, los sentó a la mesa y les sirvió comida.
En general, la locura sagrada se considera un don del Espíritu Santo. ¡Muchos santos ‘Yurodivi’ afirmaron haber recibido un llamado explícito de Cristo, y no se recomienda que alguien se someta a este tipo de prueba a menos que tenga tal llamado, ya que corre el riesgo de volverse verdaderamente loco o desilusionado (esperando convertirse en un santo y sabio maestro con seguidores que lo venerarán) y terminar como un falso santo y falso maestro o pseudodidáskalos o en un manicomio!…
Locos por Cristo contemporáneos
Sin embargo, también ha habido santos ascetas en el siglo XX y aún existen en la era de la tecnología moderna y el «ateísmo racional». Estos ascetas no son oficialmente reconocidos como santos, pero se registran en los escritos contemporáneos como yérontas (ancianos sabios e iluminados) y padres espirituales, y muchos de ellos son venerados como santos en la conciencia de quienes los conocieron.
En primer lugar, el Monte Athos fue un lugar de vida ascética para varios «locos por Cristo». El Santo Paísios el Athonita menciona a algunos de estos santos ascetas a quienes conoció en su importante obra «Padres Aghioritas y cosas Athonitas» publicada por el Monasterio de Suroti. Entre ellos se encuentra el yérontas Kostas, un «loco por Cristo» (cuyo rastro se perdió cuando algunos lo llevaban a Tesalónica).
De diversas fuentes podemos referirnos también a los locos yérontas como el anciano asceta Filareto de los ásperos y «terribles» Karoulia del Monte Athos, (cuyo destino fue la prisión como anticuario, ya que tenía libros antiguos en su posesión, algo natural para un asceta del Monte Athos, y cuando fue llamado a juicio y se negó a jurar, solo colocó haciendo tres prosternaciones, genuflexiones frente al Evangelio; escribió sobre él el santo yérontas Daniel de Katounakia); también Manassés de Rethymno de Kreta († 1970), el Herodios el Rumano, que vivía en el desierto agiorita de Kapsala († 1990), y Gerasimos el Rumano, que vivía fuera del monasterio de Neamts en Rumanía, en una choza semiderruida de la Skete Vovidenia.
La santa Sofía de Kleisoura también es considerada una «loca por Cristo». Ejemplos destacados de ascetas «locos por Cristo» contemporáneos incluyen a la yerontisa Tarsó († 1980), quien vivía en una choza de ladrillos a las afueras del monasterio de la Panagia Pefkoviogiatrissa, en Keratea, Ática. Más, la anciana Stela Mitsakidou, conocida como el «gorrioncillo de Dios», vivía sin hogar en el centro de Atenas y murió trágicamente en un accidente automovilístico en 2005.
También se consideran » locos por Cristo» el gran taumaturgo San Gabriel el Confesor de Georgia († 1995), el padre Fotis Lavriotis de la isla Lesbos († 2010), así como la mártir de los nazis, Santa María Skobtsova de Francia, que fumaba, iba a bares (donde se encontraba con personas desafortunadas y las apoyaba), entre otros. Además, existen tipos contemporáneos no convencionales que aparecen en nuestras ciudades y monasterios y se clasifican en esta categoría, como «Fotis de la calle invisible» (como se le ha llamado) en Volos, el yérontas Dobri Dobrev de Sofía (Bulgaria), que mendigaba y donaba el dinero a orfanatos y monasterios pobres, entre otros.