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En esta sección se facilita a todas las personas interesadas por este misterio que nos ha revelado el Señor el proceso de solicitud en curso del permiso eclesiástico (nehil obstat), consistente en la aprobación de la censura eclesiástica católica del contenido doctrinal y moral del presente escrito, previo al imprimátur. El fin último que se persigue es que no exista impedimento para que pueda ser impreso este escrito.
Con el fin de poder ofrecer a todos los fieles laicos y hombres de buena voluntad la máxima transparencia, trataremos de mantenerles informados sobre todos los pasos que iremos dando con sus respectivas respuestas formales por escrito o de forma verbal.
El primer paso para poder establecer un contacto con el Obispo ordinario de la diócesis de Huelva se establece por medio del Pbro. Francisco Miguel Valencia Bando, Párroco de Ntra. Sra. de la Asunción en Almonte, rector del Santuario Nacional de la Virgen del Rocío, y Vicario Episcopal del Condado. El día 13 de agosto de 2024 se le hace entrega de toda esta documentación que ya se encuentra disponible en este espacio digital, con el fin de ponerle al corriente el propósito de este proyecto de evangelización que surgió en este pueblo de la Virgen del Rocío (Patrona de esta misión junto con san Francisco de Javier S.J). De esta manera se le ruega que desde este momento se comprometa y que no se desentienda de esta misión que nos encomienda el Señor a todos los cristianos y hombres de buena voluntad.
«Debido a que hace más de un año ya tuve la intención de mantener un diálogo por correo ordinario con el Sr. Obispo, lamentablemente resultó ser fallido, por lo que no debe de extrañar al lector que la introducción a esta carta sea en este caso muy personalizada. La libertad interior que muestro en los primeros párrafos de esta segunda comunicación con Monseñor Santiago Gómez Sierra creo que no deja a nadie indiferente, ya que considero reprensible el silencio administrativo que tanto acostumbran a practicar muchos de los prelados de la Iglesia Católica, más cuando una persona se encuentra en verdaderos apuros por causa de su fe. Por esta razón se espera que el lector pueda comprender mis palabras, pues en un principio posiblemente se puede apreciar un diálogo con cierta parresia. Finalmente puede apreciarse en esta comunicación que más adelante todo se suaviza con un tono más cálido.
CARTA DE SOLICITUD
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra.
Me complace saludarle de nuevo tras haber pasado más de un año de haberme dirigido a Ud. Quisiera precisar que este envío lo hice el día 25 de mayo por medio de una carta certificada con varios documentos personales adjuntos que consideré pertinentes para poder solicitar su ayuda.
Posiblemente se acordará de mí si le digo que en aquella carta pude informarle que hasta aquel momento había sido encerrado en un psiquiátrico hasta doce ocasiones desde el año 2004. Soy una persona que por causa de la justicia se ha visto envuelto en esta serie de apuros en reiteradas ocasiones y, como la palabra de los locos apenas tiene valor para aquellos que se encuentran al otro lado de la comodidad que presta la “normalidad”, lamentablemente ni tuve su visita en el psiquiátrico para poder detallarle la causa de mi persecución, ni tampoco se molestó en responder más adelante a esta oveja suya que de nuevo se vuelve a dirigir a Ud. Si le soy franco tengo que confesarle que durante esta estancia en el psiquiátrico tuve un haz de esperanza en que pudiera presentarse allí, pues, aunque fuese fugaz esta luz, pensé en el lapso aproximado de unas semanas que posiblemente al menos se molestaría en visitar a un hermano suyo en el sacerdocio que también estuvo encerrado y martirizado químicamente conmigo. Pero por desgracia fui testigo en primera persona también del abandono que padecimos por su parte. En aquel escrito que le envié puse de manifiesto que necesitaba su apoyo, tal como indudablemente lo necesitaba de igual manera el Pbro. José María Nieto.
Seguro que más de alguna vez ha presenciado la escena en la que un perro se queda impasible ante la presencia de un gato que pasa delante suya con toda tranquilidad. Así es el cristiano que se ha dejado domesticar por este mundo. El hecho de que la propia naturaleza no muestre una reacción que se ajuste a lo más predecible, resulta ser para todo hombre el causante de un estímulo que de alguna manera molesta e incomoda. Así es en el fondo el hombre de este mundo con los hijos de la luz cuando dejan de cumplir su función, que debería de centrarse en dar un testimonio que rompa los moldes, esquemas y patrones que fácilmente nos podemos crear a nuestra medida cuando no vivimos el amor loco de Jesús. Con esto quiero decirle que si queremos ser sal, luz y fermento como nos manda el Señor (Mt. 5,13-19), debemos de tratar de dar un testimonio rompedor, subversivo y revolucionario. Esto que acabo de decirle es una realidad que también me sirve para comunicarle que todo lo que pueda contarle de mi persona de forma directa e incluso pueda escuchar también desde este momento por medio de terceros, no debería permitir que sea para Ud. un motivo de escándalo, pues no soy yo, es Cristo quien vive en mí (Ga. 2,20).
Después de presentarme con esta introducción, quisiera decirle que el motivo de escribirle de nuevo se debe principalmente a la necesidad y al deber de poner en conocimiento a las autoridades competentes de la Iglesia un estudio de investigación que aborda diversos aspectos científicos y espirituales que en primera instancia entiendo que pueden redundar para hacer un bien al resto de mis hermanos en la fe, así como a otros muchos hombres de buena voluntad. Por medio de este estudio de investigación podemos llegar a demostrar de una forma experimental que la Santa Cruz es también un modelo matemático universal. ¿Se han dado cuenta que todas las civilizaciones avanzadas portan en su teléfono el signo que nos identifica como cristianos? Este es un fenómeno apenas reciente, pero tampoco hemos visto que los calendarios están llenos de cruces matemáticas. ¿Por qué se ha reservado Dios este misterio hasta este momento? Sin duda se trata de uno de los signos de los tiempos, un mensaje divino encriptado en caracteres matemáticos. Lo que sí puedo dar fe es que esto no se trata de un mero descubrimiento humano, pues unos días después de recibir esta revelación por parte de Dios, el Señor me concedió la gracia inmerecida de poder contemplar la luz del Sol sin padecer daños oculares «de día el sol no te hará daño» (Sal. 121,6).
Quizá es posible que pueda resultarle más difícil de creer además si le digo que este «nuevo» símbolo que ha nacido, fue profetizado en el año 1972 por el vidente católico argentino Benjamín Solari Parravicini bajo la denominación de la Cruz Orlada. «Esta cruz colocada dentro del Círculo, que puede ser liso u orlado con llamas, símbolo Sol, igualmente de Dios -será decir Dios -Cristo- será Amor-Fe-Luz, si lleva el corazón en la unión de brazos es decir en el cruce de los leños». Con esto quiero comunicarle que el amplio contenido de este documento que en parte se encuentra ya disponible en el Continente Digital, es algo esperado por muchos creyentes y hombres de buena voluntad, aunque en el fondo aún desconocen que se trata del presente misterio de la ciencia de la Santa Cruz. Cuando encontramos las relaciones directas de estas profecías que aluden a la Cruz Orlada con respecto a este misterio de la ciencia de la Santa Cruz, es cuando esta obra se convierte en un verdadero proyecto espiritual orientado en este caso en la tarea que nos hemos embarcado para poder llevar a cabo la Nueva Evangelización.
El contenido de esta obra de carácter científico y espiritual abarca aún más materia de interés general para todos los cristianos, aunque si me permite recomendarle como debe de proceder a su lectura, le invito a que pueda comenzar primero por mi testimonio de conversión. En esta sección trato de abordar también una reflexión extendida a modo de guía práctica para que todos los creyentes y hombres de buena voluntad podamos asumir la responsabilidad que nos corresponde dentro del ámbito de la salud mental, con el fin de poder construir todos juntos un mundo mejor.
En esta obra se recogen una serie de razones importantes que justifican la necesidad de predicar este misterio. Aunque hasta ahora la Iglesia ha puesto especialmente su apoyo en la filosofía y la teología para poder evangelizar y rebatir los errores propios de cada época, desde este momento no debería de ignorar que el papel de los matemáticos es esencial para poder ganar un conflicto bélico. Como bien sabe, nos encontramos en un momento crucial en nuestro combate espiritual con las tinieblas. Con esto quiero decirle que desde este momento no podemos prescindir de las ciencias exactas, con el fin de poder desentrañar otra multitud de misterios que esta disciplina del saber podría permitirnos conocer a la luz de la fe, para poder comprender otras dimensiones que hasta el momento presente son desconocidas para nosotros en la sagrada Escritura. Podemos estar seguros de que no existe ninguna referencia tan explícita en la sagrada Escritura que mencione otra ciencia ajena la misma en la que se requiera como es en este caso sabiduría e inteligencia, con el fin de poder discernir un gran misterio que como sabemos hace alusión al tiempo escatológico. Efectivamente, esta ciencia a la que nos referimos son las matemáticas: «Aquí hay sabiduría, el que tenga inteligencia, calcule el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es 666» (Ap. 13,18).
Tal como ya le he podido comunicar, me surge la necesidad y el deber de poner formalmente este misterio en las manos de la Santa Iglesia, aunque con estas intenciones de paso debe permitirme el atrevimiento de poder solicitar un permiso eclesiástico para tratar de generar la confianza que merecen los fieles, y puedan conocer de esta manera de primera mano que esta obra no dice nada contrario a la doctrina y al magisterio de la Iglesia. Por esta razón se me ocurre sugerirle que pueda solicitar a un equipo competente el peritaje de este estudio de investigación. La autoridad que la Iglesia le ha otorgado también le hace competente a Ud. para poder dirigirse a cualquier Universidad Católica de nuestra nación u otro órgano científico que pueda atender esta necesidad. Por mi parte se me ocurre hacerle también la sugerencia para que pueda solicitar la ayuda del Grupo de Ciencia Razón y Fe (Grupo C.R.Y.F) de la Universidad de Navarra. Si lo considera oportuno, también puede solicitar en paralelo la colaboración de la Sociedad de Científicos Católicos de España (S.C.C.E).
Si más adelante considera necesario consultar con alguno o varios especialistas en la materia, pueden contar con todas las hojas de cálculo que me han servido para poder operar o cualquier otra colaboración que soliciten por mi parte. También considero pertinente adjuntarles un documento adicional «Referencias», para que puedan tener desde un principio mayor criterio objetivo. Este documento recoge algunas correspondencias electrónicas relativas a diversas personas que han opinado o se han interesado también por este misterio, cuando tiempo atrás he tenido la ocasión de compartir algunos retales de tipo informativo que desde este momento gracias a Dios he podido compilar finalmente en este manuscrito.
Estoy plenamente persuadido que este proyecto de evangelización que pongo en vuestras manos y que desde este momento les hago colaboradores y administradores de esta noble causa, sinceramente no me pertenece. Por esta razón confío que puedan ayudarme a propagar este mensaje de la manera que mejor les parezca oportuna, ya que creo humildemente que puede hacer un gran bien a muchas personas.
Le ruego su ayuda y colaboración.
De antemano le doy las gracias de todo corazón.
Dios le siga bendiciendo.
Se despide atentamente: Jesús del Pino Marín.
Tlf.: 636 753 259
En Almonte a 13 de agosto de 2024